12 de agosto de 2010








  Miro el cielo y apago las estrellas al echar de menos tu mirada. Poco a poco logro vaciar el mar para de nuevo llenarlo con tu recuerdo. Sólo tú sabes que intento olvidarte pero ya es imposible porque decidiste abandonar mi mente para poder vivir para siempre en mi alma. Con el tiempo he dejado de perder la razón al preguntarme porqué hoy no cambió nada.


Ser el viento que con descaro se mete por debajo de tu camisa. Lo que daría por desconfiar de tus palabras.




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